jueves, 4 de octubre de 2007

El río de la vida

El Señor Dios afirma en el capítulo 48 del libro de Isaías:

Yo te marco el cauce por donde debes ir.

Si hubieras atendido a mis exigencias,

Tu camino habría sido como el de un río,

Tu éxito como el de la marejada.

Pero a veces es muy difícil aceptar las exigencias de las indicaciones del Señor Dios. Seguir un cauce, como un río, es renunciar continuamente a direcciones que uno había emprendido con entusiasmo entregando todo el caudal de sus aguas en cada recodo.

Las aguas, al encontrar un hueco que llenar, se volcaron con apasionamiento abandonando su curso por llenar el bajo. Y luego el mar siguió exigiendo desde su ausente presencia lejana la continuación de la marcha. Y hubo que abandonar esa dirección y seguir avanzando, empobrecido de cantos y enriquecido de recuerdos gredosos y a veces turbios.

Sólo lográs una renuncia fértil cuando has amado sencilla y totalmente aquello a lo que ahora se te pide renunciar. Dejar algo que no se ha amado, produce la triste frustración de haber estado perdiendo el tiempo inútilmente. Se tiene la sensación de que el camino seguido hasta allí ha sido una senda equivocada. Y con ello surge también la duda sobre la senda que se emprende: ¿no será también ella el inicio de una nueva equivocación?

Mientras que si la renuncia se nos exige respecto a lo que hemos amado profundamente y a lo que en este momento estamos dedicados en totalidad, entonces guardaremos la sensación de plenitud y la capacidad para dedicarla con entusiasmo a lo nuevo que nos toca asumir.

Sólo si el río ha volcado todo su caudal y su ímpetu en este tramo, al que ahora renuncia por ser fiel al mar que lo atrae fijándole el rumbo, podrá tener caudal e ímpetu para el tramo que inicia. Sólo el río que está muy exigido por el mar que es su meta, tiene la suficiente tensión para vivir con entusiasmo su momento actual. Nostalgias y anhelos, recuerdos y esperanzas le regalan la fuerza para seguir siendo río sin quedarse a dormir entre los juncales, reducido a ser laguna.

Mamerto Menapace.